Cuando padecemos alguna patología respiratoria es muy importante identificar cuál es y poder tratarnos de la forma más adecuada. En este post te explicamos a qué puedes enfrentarte y las opciones de tratamiento.
El buen funcionamiento del sistema respiratorio puede verse afectado por multitud de dolencias, más o menos severas, que impidan el normal desarrollo de sus funciones. Cuando hablamos de enfermedades respiratorias se abre un amplio abanico de patologías que se distinguen entre ellas por su causa, gravedad o duración, haciendo difícil una clasificación.
Catarros o resfriados y gripes
Las más comunes y que tienen carácter transitorio son los catarros o resfriados y gripes, que tienen una incidencia alta en el cambio del verano al otoño e inicio del invierno. Ambas son producidas por una infección vírica y que acostumbran a cursar con síntomas leves y sin complicaciones, aunque la gripe puede agravarse en poblaciones de riesgo. Cuando estos procesos se acompañan de mucosidad espesa, pueden tratarse con mucolíticos como la acetilcisteína, así como antipiréticos y analgésicos para la fiebre o el malestar general.
COVID-19
También de origen vírico y transitoria, pero mucho más infecciosa, encontramos la COVID-19. Esta infección aún poco conocida, parece atacar con mayor gravedad que los virus causantes de resfriados y gripes. Por ahora, no hay un tratamiento establecido y la búsqueda de una vacuna es la preocupación principal de las entidades sanitarias.
Otras enfermedades respiratorias
Hay enfermedades respiratorias como la neumonía o el cáncer del pulmón y el enfisema que tienen otras características, son de carácter mucho más grave (incluso mortal) y requieren de tratamientos más complejos.
Otras, sin embargo, pueden ser crónicas, como el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), las alergias respiratorias, la bronquitis crónica o aquellas patologías que tienen su origen en el entorno laboral.
En este artículo conoceremos cuáles son los tipos de medicamentos más utilizados en el tratamiento de la hipersecreción de moco que puede acompañar a las enfermedades más comunes del aparato respiratorio: resfriados y gripes.
Tipos de medicamentos para el exceso de mocos
Generalmente, las enfermedades del sistema respiratorio más comunes pueden tratarse con medicamentos como los jarabes, los comprimidos efervescentes, cápsulas y sobres que no precisan de receta médica, por lo que se pueden adquirir en la farmacia con el consejo del farmacéutico, proporcionando un autocuidado a quien sufre la patología.
Cada uno posee una serie de características que lo hace adecuado para cada patología, aunque influye también el tipo de paciente ante el que nos encontremos. Por ejemplo, un niño no puede tomar bien un comprimido, por lo que se dispensará un jarabe.
- Jarabes: Cuentan a su favor con la sencillez de administración, siendo adecuado para niños y ancianos. Suelen tener un sabor muy característico por sus principios activos.
- Comprimidos efervescentes: Son medicamentos que, al disolverse en agua, actúan muy rápidamente, ya que el intestino lo absorbe de forma rápida.
- Cápsulas y comprimidos: Las cápsulas y comprimidos son medicamentos con una composición sólida. Cuando se absorben, tardan más en disolverse y actuar.
- Sobres: Una preparación en sobre cuenta con las mismas ventajas que un efervescente, destacando la rapidez con la que actúa. Sin embargo, hay que ser cuidadoso con la medida de agua en la que lo disolvamos.
Saber elegir uno u otro formato no ha de corresponder solo a una decisión personal, sino al criterio médico y farmacéutico, que son los profesionales que velarán por nuestro bienestar.
Información de la OMS (Organización Mundial de la Salud) acerca de las infecciones del tracto respiratorio: https://www.who.int/topics/respiratory_tract_diseases/es/
Información de la CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) acerca de las infecciones del tracto respiratorio: https://www.cdc.gov/spanish/niosh/topics/respiratorias.html